domingo, 29 de abril de 2018

MADAGASCAR: TRÁFICO ILÍCITO DE MADERA PALO ROSA/PALO SANTO Y VAINAS DE VAINILLA





Queremos compartir una información de alta importancia que nos han hecho llegar desde IDEAS (cooperativa comercializadora de productos de comercio justo) sobre la problemática existente con la vainilla, y los motivos que les han llevado a tomar la decisión de dejar de comercializarla. Por lo que lamentablemente y de momento, no podemos ofreceros vainilla en rama, aunque seguimos teniendo vainilla en polvo.







La vainilla y la madera de palo santo crecen en la misma región, al noreste de Madagascar.
La vainilla es aún más valiosa porque se utiliza para blanquear el dinero del tráfico ilegal de madera. La vertiginosa especulación alrededor de la especia deja un sabor amargo: ecocidio, inseguridad...

Este abuso que tiene consecuencias dramáticas y múltiples nos obliga a detener la producción de la vainilla de la cooperativa FANOHANA.
Dicha cooperativa decidió dejar de recolectar vainilla durante la última cosecha a finales de 2017. De mutuo acuerdo, detuvimos nuestras compras, no por el nivel de precios, ya que asumimos el aumento durante tres años, si no por razones de seguridad.

La organización continúa recolectando y exportando sus otros productos: canela, lima, jengibre, pimienta rosa, lichi, piña. Gracias a esta estrategia de diversificación, los 557 miembros de la cooperativa que hemos apoyado desde 2008 tienen más probabilidades de pasar este difícil periodo.


MADERA PALO SANTO: ENTRE LA LUCRATIVA MAFIA Y EL ECOCIDIO

La madera palo rosa o también denominada “madera sagrada” es una especie de madera preciosa muy cotizada por su color con un crecimiento muy lento: invierte casi 100 años en su desarrollo.
Desde 2010 está prohibido en Madagascar cortar, transportar y exportar esta madera, y desde 2016 está sujeta a un embargo internacional contra su comercio. Sin embargo, en el noreste de Madagascar el palo santo continúa siendo talado ilegalmente y contrabandeado en el mercado de China, para la fabricación de marquetería de lujo.
Durante años, se ha puesto en marcha una mafia bien organizada para su explotación ilegal.
La incapacidad del estado para actuar es patente debido a la corrupción, pues aboga por el desarrollo del tráfico de esta madera, a pesar de la presión internacional. La movilización de la sociedad civil no tiene repercusión. Un militante malgache, héroe de la denuncia del tráfico, confesó al mundo en 2015: "Habíamos soñado con la justicia. Habíamos imaginado que bastaría con nombrarlos, esa vergüenza los haría retroceder. Hemos fallado por el momento.”

Esta operación es muy lucrativa: se puede lograr por un baúl hasta 4.000 euros y hay cientos de millones de dólares en juego.
Debido a este saqueo se está eliminando de forma gradual un bosque y ecosistema que es Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta madera incluso está en peligro de extinción en esta zona del planeta.


LA VAINILLA COMO MÁSCARA PARA LAVAR DINERO NEGRO

Los traficantes están buscando formas de lavar el dinero negro adquirido por estas operaciones ilegales. Después de varios sectores de la economía real, el sector de vainilla se ha convertido en el objetivo de los traficantes.
No fue difícil, ya que la madera palo rosa está presente en las mismas áreas de cultivo y procesamiento que la vainilla.

El dinero ilícito del tráfico de madera se "reinvierte" en el comercio legal de vainilla, lo que alimenta la especulación sobre esta especia: el precio de un kilo de vainilla verde en el campo del agricultor ha aumentado de 6€/kg al comienzo de la temporada 2014 a 60€/kg en este momento. Una multiplicación por 10 que a la larga interrumpe las prácticas y desestabiliza todo el sector.


Al principio, los recolectores "independientes" con importantes recursos financieros parecían comprar grandes volúmenes de vainilla y almacenarlos, y luego ofrecerlos a los exportadores de la isla. Lo que hizo que el precio de la vainilla se disparase. Este brote atrajo a los especuladores con dinero en efectivo. El mecanismo especulativo ahora está bien establecido sin que se pueda ver cómo detenerlo.
Los pequeños productores inicialmente vieron favorables estos aumentos de precios de compra tan altos. Pero los reveses oscurecen severamente este efecto sorpresa.


INSEGURIDAD Y COSECHAS MÁS TEMPRANAS

La gestión de los presupuestos familiares se está volviendo difícil con oportunidades de gasto excesivo en el campo: colchones, motocicletas, móviles... Esta rentabilidad única y excepcional requiere acompañar la gestión de estos nuevos recursos, fomentar el ahorro y no "flambear" dinero.

La inseguridad en los campos de vainilla y en los lugares de almacenamiento o transformación de la vaina está más que probada. La mayoría de los productores de FANOHANA ahora están obligados a permanecer en su tierra para protegerse contra el robo, ya que se han denunciado muchos ataques violentos.
El año pasado, la cooperativa FANOHANA, tuvo que reclutar a tres soldados durante 9 meses para proteger el stock de vainilla que estaban preparando para IDEAS. El riesgo de ataque es permanente. 
 
Para prevenir cualquier robo en su parcela y aprovechar el aumento de los precios, los productores están tentados a cosechar vainilla verde cada vez más temprano: las cosechas se se están haciendo en marzo, cuando la vainilla en realidad está madura 3 meses después, en junio. El largo y meticuloso trabajo de preparación de la vaina - escaldado, sancochado, secado al sol y a la sombra - se lleva a cabo en vainilla inmadura que finalmente tiene un nivel muy bajo de vainilla, es decir, una calidad pobre.


¿Y QUÉ DEPARA EL FUTURO?

La cooperativa FANOHANA y Stéphane, agrónomo de Ethiquable que sigue los proyectos en Madagascar desde Tamatave, siguen de cerca la evolución de la industria para tratar de minimizar los riesgos.
Nuestro proyecto de apoyo cooperativo se basa en una estrategia de diversificación de cultivos para que los productores tengan mayores posibilidades de ingresos estables, y se respete la biodiversidad.
Comenzamos con lichis en 2008, para continuar con especias (canela, lima, jengibre) y culminar con la piña en 2016.
Esta diversidad asegura un "colchón" financiero en caso de problemas en algún sector, también garantiza los sistemas de cultivo con una fertilización de suelos importantes.


El sector de la vainilla en Madagascar, en su conjunto, emplea directamente a 200.000 personas, incluidos más de 80.000 productores dispersos y no estructurados en torno a las organizaciones de agricultores. Solo la isla proporciona el 80-85% de la producción mundial con 192 millones de dólares en exportaciones en 2015. Debido al alto precio actual, muchos recurren a los aromas de vainilla sintéticos. Y países como Vietnam, India e Indonesia están nuevamente interesados en la producción de vainilla. Se necesitan aproximadamente unos cinco años para obtener la primera cosecha de vainilla. Tal competencia sería un golpe para los pequeños productores malgaches.

Todo esto, nos hace recordar la importancia del Comercio Justo y sus principios. Desde IDEAS no sólo somos coherentes con el respeto al medio ambiente sino que trabajamos por y para las personas, por unas relaciones comerciales que ayuden a crear desarrollo y no aumenten las desigualdades.