Billones de pajitas son desechadas cada año, y de estas solo muy pocas llegan a reciclarse. La mayoría termina en basureros o contaminando los océanos y ríos. Como el plástico no puede biodegradarse, se va partiendo en pedazos cada vez más pequeños y se filtra en la cadena alimenticia pudiendo terminar potencialmente en nuestro plato.
Las pajitas son una basura no biodegradable a corto plazo, y afectan a miles de animales en el mar causándoles la muerte. Sin embargo, nadie se va a morir por beber directamente del vaso : )
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